Las Hermandades penitenciales, en Medina de Rioseco, viven y entienden la Semana Santa de manera profunda; no solo por la importancia cristiana, la liturgia, o por sus conjuntos escultóricos e imágenes, es y se basa también en sus tradiciones y costumbres de las hermandades y cofradías. Unas tradiciones o costumbres en la que coinciden casi todas Hermandades es la de apuntar los padres-cofrades a los hijos a la misma. Una persona se puede hacer miembro de una Hermandad por sentirse identificado con esa Hermandad, sentimiento religioso, le gusta la imagen o el conjunto escultórico, porque a ella pertenece un amigo que le anima a que se una, porque perteneció o pertenece un familiar; pero lo más común es que sea el propio padre el encargado de apunte a sus hij@s. Hace años, los padres apuntaban a sus hij@s cuando alcanzaban la juventud. Este proceder está variando a la integración a muy temprana edad. Se suele decir bromeando que a un hijo se le apunta antes a la Hermandad que en el registro. He aquí la importancia de la tradición familiar, al prolifera el número de miembros pertenecientes a un mismo clan familiar generándose un vínculo de unión entren la Hermandad y la familia.
En la Hermandad del Santo Sepulcro, una de las familias que ha llevado a cabo esa tradición y es bastante numerosa, es la Ortega. Una familia que aparece en la documentación antigua y que en la actualidad está la última generación con Daniel Herrero Ortega, siguiendo a Emilio, Fernando, Javier, Cristina, Patricia , Luis Alberto, Pablo, Álvaro y un largo etc… (perdonar por no nombrar a todos) procesionando cada Viernes Santo.
Esto normalmente ocurre en el resto de Hermandades, aunque hay excepciones, sobre todo cuando el padre pertenece a una Hermandad y la madre a otra que procesiona el mismo día, pero si solo hay un miembro ya sea el padre o la madre l@s hij@s se les apunta a la Hermandad como tradición generacional.
Llegamos a la conclusión de que el vínculo familiar dentro de una Hermandad es importante y siempre estará unidos el uno al otro, porque el sentimiento y espíritu semana santero sea infundado para que entren en la vida de la familia, y así poder disfrutar de la historia y abolengo de este pueblo cada primavera.