Tal y como tenemos por costumbre, el domingo anterior al de Ramos, celebramos la misa de Hermandad, en la iglesia de Santa María, por ser la sede de nuestra Hermandad, a la cual debemos asistir obligatoriamente con medalla. Acto seguido y después de haber pasado lista, los hermanos nos dirigimos al salón de actos del ayuntamiento, donde se celebra la junta general. Después de guardar un minuto de silencio por los hermanos fallecidos, comenzó, se pasó lista, para el cobro de la cuota de hermanos y hermanas, se hizo el intercambio de la vara entre el Mayordomo saliente y el Mayordomo entrante, se anunció la entrada de hermanos, se aprobó el acta anterior, se hizo mención especial a los hermanos y hermanas que cumplían cincuenta años en la hermandad, por su fiel devoción en todos estos años , la hermandad en muestra de agradecimiento les entregara una placa conmemorativa . Se formó el Santo Paso y finalizo con ruegos y preguntas.
Quiero puntualizar en el traspaso de la vara del Mayordomo saliente al Mayordomo entrante, es el momento más significativo y emotivo de la junta general, y no solo para los protagonistas, donde entre aplausos estrechan sus manos. Este año ha ocurrido algo inusual, que yo sepa, no hay precedentes, y será difícil de repetir, como es que el Mayordomo entrante y saliente, sean padre e hijo. Si el acto en si es emocionante, donde la aspiración y sueño de cualquier cofrade es llegar a servir su paso, este año el orgullo del Mayordomo es doblemente emotivo, ya que la vara de la Hermandad se la entrega su padre.
Tal vez no haya palabras suficientemente adecuadas para explicar ese momento y que todo el Mundo lo entienda, como lo entendemos nosotros los cofrades.
Desde aquí, en nombre de la Hermandad, queremos daros la enhorabuena a ambos, padre e hijo, que lo disfruten, que lo vivan y sobre todo que lo sientan. Que el Santo Sepulcro les haga disfrutar de una Semana Santa especial.
L. FERNANDO DE SANTIAGO BADÁS.
